En Colombia y el mundo, las comunidades energéticas están revolucionando la manera en que generamos, comercializamos, hacemos uso eficiente de la energía de manera colectiva compartimos electricidad.

Ya no se trata solo de encender una luz, sino de decidir de dónde viene esa energía y cómo se usa. Y para entenderlo fácil, imagina que te conectas a una red Wi-Fi… pero de energía.
Energía más cerca de las personas
Durante décadas, la energía ha sido algo que llega desde lejos: grandes centrales, cables, tarifas que entendemos a medias. Pero los avances en tecnología — como los medidores inteligentes y las fuentes renovables — están cambiando ese modelo.
¿Qué son las comunidades energéticas?
Las comunidades energéticas son asociaciones de personas, empresas o instituciones que se organizan para generar, consumir y gestionar su propia energía renovable, de forma local, colectiva y sostenible. Este modelo, permite que los clientes pasen de ser consumidores pasivos a actores activos en la transición energética, promoviendo la autonomía, eficiencia, así como también, beneficios ambientales y sociales.
Te lo explicamos como si fuera una red Wi-Fi
Piensa en cómo funciona tu red de internet. Tienes un módem central que comparte señal con todos los dispositivos de tu casa.
Ahora imagina que, en lugar de megas de internet, lo que compartes son kilovatios.
Cada casa tiene paneles solares en su techo, una unidad residencial tiene paneles solares en su zona común o incluso una empresa tiene una instalación fotovoltaica que produce energía limpia; cada uno usa la energía que necesita para satisfacer su demanda y en el evento en el que sobre energía, comparte el excedente con los demás.
En esta red, – que para esta analogía sería el módem- es el generador de energía y los “dispositivos” son las personas conectadas a la comunidad. Todo se mide, se compensa y se gestiona con tecnología inteligente.
Así funciona una comunidad energética: una red colaborativa, limpia y local que convierte a los clientes en protagonistas de la transición energética.
¿Qué respaldo legal tienen las comunidades energéticas en Colombia?
El país ya dio pasos firmes para permitir este modelo:
- Ley 2294 de 2023 – Plan Nacional de Desarrollo 2022–2026. Artículo 235: Reconoce legalmente las comunidades energéticas como actores clave en la transición energética. Define su rol en la generación, comercialización y uso eficiente de energía a partir de fuentes renovables.
- Decreto 2236 de 2023. Reglamenta parcialmente el artículo 235 de la Ley 2294. Establece lineamientos para la conformación y operación de comunidades energéticas.
- Resolución 40509 de 2024: Reglamenta el Registro de Comunidades Energéticas (RCE).
- Resolución CREG 101-072 de 2025: Armoniza la regulación para integrar las comunidades energéticas al Sistema Energético Nacional.
Estas normas buscan que cualquier colectivo — una vereda, un conjunto residencial, una asociación o una pyme— pueda organizarse para generar y usar energía renovable de manera compartida.
Beneficios reales para las comunidades energéticas
1. Ahorro en la factura eléctrica: Al producir parte de su energía, las comunidades reducen la cantidad que compran del sistema tradicional.
2. Autonomía y participación: Los miembros deciden juntos cómo se gestiona la energía y qué se hace con los excedentes.
3. Impacto ambiental positivo: Al usar fuentes renovables (solar, eólica, biomasa), disminuyen su huella de carbono.
4. Desarrollo local: Los ingresos que antes se iban en tarifas externas ahora se quedan en la comunidad.
5. Conectividad social: La energía se convierte en un punto de unión, cooperación y aprendizaje colectivo.
Cómo empezar una comunidad energética (según la UPME y MinEnergía)
Paso 1: Organizarse. Definir quiénes harán parte: vecinos, empresas o instituciones.
Paso 2: Identificar el potencial. Analizar cuánta energía se consume, qué recursos locales hay (sol, viento, agua) y qué tecnología se necesita.
Paso 3: Definir la estructura legal y financiera. Crear la figura jurídica y establecer reglas internas de gobernanza.
Paso 4: Instalar y conectar. Implementar los sistemas de generación y conexión a la red.
Paso 5: Operar y participar. Usar herramientas digitales para medir, compartir y gestionar la energía de forma transparente.
📘 Fuente: UPME – Manual de Gestión de Comunidades Energéticas, 2024.
La energía como red humana
Las comunidades energéticas no son solo un avance tecnológico; son un cambio cultural. Reúnen lo mejor de la energía renovable, la cooperación y la participación ciudadana. Así como el Wi-Fi nos conectó digitalmente, las comunidades energéticas pueden conectarnos con propósito, generando energía limpia y compartida.
La energía del futuro se construye desde la comunidad.